La incertidumbre es parte de nuestras vidas

Feb 9, 2021

¿No salió como esperabas? ¿No esperabas lo que salió? Está bien. Hemos aprendido a través del tiempo que lo predecible es mejor; nos hemos acostumbrado a elaborar planes, a proyectar como parte de nuestro quehacer. De hecho, cosas comunes como llevar una agenda nos hace creer que la vida es previsible, lo cual es parcialmente cierto.

Por una parte, la organización de nuestras actividades nos ayuda a sentir que tenemos un piso sobre el cual podemos caminar con cierta tranquilidad, nos organiza y permite evolucionar para construir. De la misma forma, planificar nos ayuda a sentir que nos movemos hacia adelante. Fijar objetivos y metas a futuro nos sirve como impulso a la hora de enfrentar nuestro día a día; nos ayuda a tener razones para hacer ciertas acciones. Así, establecemos metas en diferentes frentes: personales, familiares, académicos, laborales y deportivos, por mencionar algunos, que nos generen una sensación de seguridad y tranquilidad en buena medida. Hacemos esfuerzos por hacer que nuestro mundo funcione como un gran engranaje que podemos predecir.

Pero lo cierto es que muchas veces, incluso más de las que nos gustarían, algo sucede, algo ajeno a nuestra organización y planificación, algo que no teníamos calculado y entonces, nuestros planes se ven afectados. Y es que en un mundo como el nuestro, en el que lo que prevalece son los cambios, variaciones, modificaciones, incluso actualizaciones. La vida es ajetreada y las posibilidades son muchas. Por lo tanto, es necesario que nos replanteemos esta forma de percibir nuestras vidas como una maquinaria rígida e inquebrantable y abracemos la existencia de la incertidumbre.

De alguna forma, se nos ha enseñado a predecir la incertidumbre, pero no se trata tanto de predecirla, sino de aceptarla. En momentos de incertidumbre pueden prevalecer los sentimientos de temor y desconcierto ante la sensación de una pérdida de control; la realidad es que sí, a veces perdemos el control que habíamos ganado a través de la organización y la planificación. No podemos luchar por mantenerlo, perderemos fuerzas. Debemos ceder, entender que hay veces que simplemente no podemos controlar lo que ocurre a nuestro alrededor.

El deseo de mantener el control sobre nuestras circunstancias y los resultados de nuestras acciones afecta significativamente nuestra capacidad de adaptación. En vez de adaptarnos, reaccionaremos con inquietud, irritabilidad y ansiedad, que pueden convertirse en un problema serio para cualquier sujeto; si nos quedamos en estos estados, no podremos avanzar. Debemos aprender a responder a la incertidumbre.

Es posible enfrentar la incertidumbre y adaptarse al cambio, manejar, de cierta forma, lo inesperado y te quiero dar 6 ideas sobre cómo lograrlo:

GESTIONA LO QUE NO PUEDES CONTROLAR, será la forma en que podrás seguir adelante. Ojo, lee bien: gestionar, no controlar. Gestionar significa que podemos manejar la situación. No podemos dar por sentado que todo está bajo nuestro control, pero si podemos manejar lo que se nos presente.

TRABAJA LA TOLERANCIA. Debemos ser capaces de aceptar lo inesperado. Genera oportunidades para fomentar la comunicación, el conocimiento, la divergencia del pensamiento y la actitud de apertura con quienes te rodean.

PON EN PRÁCTICA TU CREATIVIDAD. Los retos que surgen en estos tiempos exigen soluciones novedosas para abordarlos de manera eficiente. Si te resulta fácil, comparte con tu familia tus ideas para solucionar problemas. Por el contrario, si no estás habituado a hacerlo, pide ayuda a alguien externo, un especialista en el área de tu idea. Puedes mantener tus metas, ya que saber a dónde quieres ir es fundamental, sólo debes dar cabida a formas alternas de llegar a tu destino.

CREA TU PROPIO DESTINO. Y cuando lo hagas, piensa que todos los resultados son posibles, es decir que es responsabilidad de cada persona su transformación y cambio, en las circunstancias que tiene.

VIVE EL AQUÍ Y EL AHORA. Evita pensar en situaciones catastróficas que crees que puedan suceder en el futuro. Resuelve aquello que es real y ocurre en este momento para eliminar posibles fuentes de estrés. No te dejes llevar por escenarios mentales que solo crean malestar dentro de tu entorno e interfieren en las relaciones. Procura no asumir una actitud defensiva y crear falsas expectativas en los demás.

SE FLEXIBLE. Aunque organices tu tiempo como una forma de generar tranquilidad, orden y estructura en ciertos aspectos de tu vida, es esencial tener apertura a replanificar cuando ocurre lo imprevisible y poner en práctica tu flexibilidad cognitiva. Para ello, es necesario cierta apertura, cierto margen de libertad a las circunstancias: haz compromisos viables, pon manos a la obra y haz lo posible por cumplir todo lo que puedas.

RECONOCE EL ATRACTIVO DETRÁS DE LA INCERTIDUMBRE. En cierta medida, las situaciones inesperadas pueden ser un gran estímulo, ser la sal de la vida. La incertidumbre también puede generar desafíos y retos que nos ofrezcan nuevas posibilidades y nos enfoquen a generar soluciones ingeniosas que nos lleven a evolucionar.

Aunque no podemos controlar nuestras circunstancias, podemos controlar las reacciones que tenemos ante ellas. Reflexionemos sobre nuestros planes y nuestras metas, y el espacio que dejamos en ellos para la capacidad de ser flexibles. Aprendamos no solo a ajustarnos con rapidez y eficiencia a nuevas realidades que puedan presentarse, sino también a mirar dentro de ellas, las posibilidades de asombrarnos y maravillarnos ante lo que pueda traer lo desconocido.

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https://medium.com/doctoraadi/la-incertidumbre-es-parte-de-nuestras-vidas-9c221d0b509b

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