Desde el comienzo del confinamiento por la COVID-19, estamos viviendo momentos de muchos cambios. Con la cuarentena, ha venido también la difícil labor de educar en casa y el rol de la familia es ahora, más que nunca, apoyar a sus niños tanto en su desarrollo como en su formación escolar.
A esta nueva normalidad se añaden sentimientos de preocupación, tristeza e incluso rabia al observar las consecuencias de la pandemia y mirar con incertidumbre los días que siguen y, aunque no lo sintamos, todos expresamos este malestar y los niños lo perciben. Entonces, como adultos, debemos entender que ellos aprenden de nuestro ejemplo. Si en la familia manejamos las situaciones difíciles llegando a una solución en conjunto, los niños aprenderán a regular su frustración buscando diversas opciones. Si, por el contrario, perdemos el control fácilmente y gritamos en ocasiones, a los niños en situaciones de conflicto se les hará más difícil pensar cómo lograr su solución.
Para manejar de manera distinta tu expresión emocional frente a la angustia y promover la armonía en el hogar, atendiendo además a los retos de educar en casa, puedes poner en práctica estas recomendaciones:
Para la vida familiar:
● Flexibiliza tu rutina diaria: es importante que todos los miembros de la familia participen al hacer esa rutina y que la misma sea flexible para ajustarnos a estos tiempos de cambios.
● Incluye actividades en familia: permite que cada miembro de la familia escoja hacer una actividad que divierta a todos.
● Comparte la carga: procura compartir las tareas de la casa. Está bien pedir ayuda si sientes cansancio.
● Haz una pausa si te estresas o te molestas: intenta alejarte por un momento, prueba a hacer ejercicios de respiración y vuelve luego con más calma a responder ante aquello que te molestó.
● Usa lenguaje positivo: felicita a otros y diles lo que quieres que hagan en lugar de lo que no quieres. Por ejemplo, di “Habla un poco más bajo”, en lugar de “deja de gritar”.
Para la educación en casa:
● Otorga prioridad al aprendizaje de tu hijo/a: más allá de entregar las actividades escolares a tiempo, pregúntate: ¿Mi hijo/a está sacando provecho?, ¿está disfrutando aprender?, ¿Cómo estoy ayudándolo/a a que eso ocurra?
● Comunícate con el/la docente: Mantenerse alineados y preguntarle algunos aspectos de la educación de tu hijo/a en los que tengas dudas favorecerá su aprendizaje.
● Otorga un espacio a las actividades académicas: dedica una hora específica y un lugar de la casa adecuados para hacerlas. Permite que tu hijo/a participe en el establecimiento de ese horario y lugar.
● Respeta la edad de tu hijo(a):
○ Los niños más pequeños necesitan tu compañía durante las actividades, poco a poco tendrán mayor independencia.
○ Aunque los niños sean más grandes, es posible que su lapso de atención no sea igual en casa que en el colegio; por tal razón, intenta negociar con ellos. Ofrece momentos de descanso cada 45 minutos de actividades.
● Intenta que el momento de “hacer las tareas” lo perciban como provechoso y como formativo, entendiendo que habrá unos días donde tendrán menos disposición para hacer las actividades.
Esperamos que estas ideas puedan ser útiles para el manejo de las relaciones familiares y la educación en casa en un entorno desafiante. Nos encantaría que puedas compartir otras ideas que te hayan sido beneficiosas en estos tiempos, ¡te animas!
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