¿Qué vas a ser cuando seas grande?… Oh, Oh ¡Ya soy grande!

Feb 1, 2021

Desde la infancia somos capaces de identificar cuáles juegos, colores o actividades nos agradan o divierten más, y cuando nuestro juego empieza a cargarse de más y más imaginación, los adultos cercanos, sin saberlo, comienzan a construir el camino hacia nuestros futuros intereses profesionales a través de una pregunta que permite iniciar fantasías de todo tipo: “¿Qué vas a ser cuando seas grande?”.

Si bien, en los niños más pequeños la respuesta suele estar cargada de su mundo interno de fantasía, y se plantean múltiples posibilidades, con el pasar de los años y gracias a identificaciones con personas que valoran o admiran, estos intereses se van traduciendo en posibilidades más ajustadas. Sin embargo, no es hasta la adolescencia cuando comienzan a cuestionarse esa pregunta que en algún momento de su vida respondían con más facilidad, y que ahora genera múltiples dudas, ya que es una etapa de la vida en la que el proceso de creación de identidad va en marcha.

Las dudas que pueden surgir en este momento de la vida van de la mano con sus capacidades (¿qué tipo de actividades me resultan más sencillas o difíciles?), sus intereses (¿esto me gusta para hacerlo por el resto de mi vida?), sus metas a corto o largo plazo (¿en dónde quiero estar o estudiar?) y sus características de personalidad (¿podré hacer ese trabajo en donde tengo que presentarme frente a tantas personas?).

En los casos en que se evidencian múltiples dudas o ambivalencia sobre su elección de carrera o área ocupacional, o sienten inseguridad, miedo y angustia acerca de poder superar los retos que implica, se recomienda realizar una evaluación y orientación vocacional, pues para muchos resulta una decisión difícil de tomar, que a su vez puede verse interferida por los deseos de la familia o entorno cercano.

La evaluación y orientación vocacional es un proceso diagnóstico que permite al adolescente y su familia tener un espacio de acompañamiento, donde pueda conocer con mayor profundidad sus intereses y preferencias vocacionales, habilidades, conocimientos y características de personalidad, con el fin de ajustar sus expectativas, facilitar la toma de decisión y elaborar un plan de actuación, que permita un mayor nivel de seguridad con respecto al proceso de elección y su adaptación al nuevo entorno formativo.

Estas evaluaciones son realizadas por licenciados en psicología, que cuentan con diferentes pruebas que permiten ahondar sobre las áreas mencionadas: intereses y preferencias, aptitudes y factores emocionales.

Los intereses son el conjunto de gustos, indiferencias y aversiones respecto a actividades relacionadas con carreras y ocupaciones. Aunque vimos que desde la infancia temprana empezamos a tener nociones sobre nuestros intereses, en ocasiones estos no van de la mano con los diferentes estudios o profesiones. Es por esto que en oportunidades es necesario aplicar inventarios de preferencias que nos ayuden a seleccionar campos de actividad que sean acordes a nuestros intereses.

Las aptitudes vocacionales, se refieren a un conjunto de condiciones que hacen a un individuo capaz de desarrollar eficazmente una determinada actividad, así como de adquirir alguna destreza, conocimiento o respuesta para poder cumplir con una función determinada, tomando en cuenta sus capacidades cognitivas.

Los factores emocionales, van desde características de nuestra forma de ser, a la forma en la que nos relacionamos y manejamos nuestras emociones, hasta los recursos con los que contamos para afrontar retos, situaciones estresantes, cambios o adversidades. Así, quienes están transitando este camino pueden conocer sus fortalezas y áreas de mejora, así como aquellas situaciones que podrán ser más difíciles de afrontar, tanto en el proceso de elección como una vez empezados los estudios y prepararse de la mejor forma posible.

Una decisión tan significativa como la elección vocacional requiere que se consideren todos los aspectos relevantes; la mejor forma de atravesar este mar de posibilidades y opciones, y no perderse en el intento, es con el acompañamiento de un profesional. La evaluación y orientación vocacional es un proceso muy completo: permite, de forma concreta, establecer las metas vocacionales, confirmar elecciones, descubrir campos de actividad laboral e incrementar el autoconocimiento. Es como un viaje (y uno muy bonito), en el que el adolescente puede fortalecer su identidad y concepción de sí mismo y cuyo destino es la elección de una ocupación que le genere satisfacción y le permita sentirse realizado.

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