La pandemia ha impactado de forma significativa en nuestras vidas, generando una serie de cambios en distintas áreas como lo son las rutinas diarias, la dinámica en el ámbito laboral, escolar, recreativo, y hasta en cómo afrontamos la muerte y su consecuente duelo.
La pérdida de un ser querido promueve reacciones distintas, puesto que va a depender de las características y recursos de cada individuo para afrontarlo, como la edad, el momento y forma en la que ocurre, la cultura a la que pertenece, si tiene o no alguna creencia religiosa, entre otros. No obstante, varios estudios revelan que una muerte inesperada o precedida de mucha incertidumbre aumenta el dolor y el sufrimiento, y como consecuencia, la aceptación de la misma implica mayor dificultad.
En tiempos de COVID-19 la incertidumbre ha sido un acompañante constante, y nos ha tocado enfrentar la muerte de una forma totalmente diferente, puesto que se imposibilita la realización de ritos de despedida y el acompañamiento de personas significativas, por nombrar algunas, dejando a quienes empiezan el tránsito del duelo con la sensación de estar aislados en estos casos también.
Si bien cada individuo piensa de modo diferente y entendiendo, además, la subjetividad de un proceso como el duelo por la muerte de una persona querida, te queremos brindar algunas pautas que quizá puedan ayudarte a transitarlo.
- Respetar tus tiempos: es normal que al enterarnos que un ser querido falleció, entremos en una etapa de negación a causa de la sorpresa o del embotamiento emocional que viene acompañado de dicha noticia, por lo que llegar a aceptar esta nueva realidad lleva tiempo, ya que implica no solo una aceptación intelectual sino también emocional. Ante esto, es indispensable permitirnos procesarlo poco a poco, inclusive podemos emplear algunas estrategias para llevar a cabo este proceso de una mejor manera, como escribir o conversar sobre nuestros sentimientos o pensamientos referentes a lo ocurrido.
- Permítete sentir tus emociones: usualmente el proceso de duelo viene acompañado por emociones tales como la tristeza, enojo, culpa, impotencia, shock, ansiedad o alivio. Es necesario permitirnos reconocer y manifestar dichas emociones, como por ejemplo llorar o experimentar ira o frustración, ya que de lo contrario podríamos estar complicando este duro proceso. Aunque a veces sea necesario “ocuparse” para resolver algunas diligencias urgentes, ten presente que nuestras emociones no se desaparecen, siguen ahí esperando a ser procesadas.
- Conéctate con las personas: El confinamiento ha impedido que podamos ver a nuestros seres queridos de forma presencial, no obstante, existen redes sociales, de las cuales podemos hacer uso, para contactar a nuestros familiares y amigos. Recuerda con quién te sientes más cómodo al hablar de temas más difíciles e intenta organizar momentos de conexión.
- Permitirse un tiempo solo y darle un significado a lo que se está vivenciando: Aunque las pérdidas plantean una serie de exigencias que hacen difícil enfocarnos en nuestras reflexiones, podemos permitirnos encontrar un momento que sea solo para nosotros y meditar acerca de lo ocurrido.
- Adaptarnos a que esa(s) persona(s) ya no está(n): el lograr adaptarnos a la ausencia de un ser querido inicialmente representa un reto, especialmente si desempeñaba un papel primordial en nuestras vidas, por lo que inicialmente podemos experimentar incomodidad, malestar e incluso incertidumbre al realizar actividades que dicho individuo solía hacer o que lo hacíamos en su compañía. Los ajustes en las dinámicas pueden llevar tiempo, y por momentos aceptar el apoyo de terceros puede facilitar este proceso.
- Dar sentido a la pérdida: es importante comprender que a pesar de que esta persona no estará más físicamente con nosotros, no implica que el valor y el significado emocional de lo que representó en su momento en nuestras vidas se pierda.
- Ritualizar la despedida: hacer una ceremonia, vía online o cuando todo esto pase, con algunos conocidos, un encuentro donde personas cercanas se reúnan para despedirlo. También podemos encender una vela en su recuerdo, escribir una carta de despedida o escuchar la música que compartían.
¿CÓMO PODEMOS ACOMPAÑAR EN ESTE DUELO?
Para aquellos que tienen familiares o amigos que han sufrido una pérdida, es importante tener en cuenta que este es un proceso duro de afrontar, por lo que es importante ofrecer apoyo en estos momentos a esas personas. Las redes sociales nos ayudan a acompañarlos, a expresarles que estamos disponibles por si nos necesitan y para que se desahoguen, hacerles llegar que compartimos su dolor y no están solos.
También crear un espacio para hablar con la familia y los amigos de lo sucedido, de cómo era esa persona, las anécdotas vividas y lo que suponía su presencia en nuestras vidas puede ayudarnos, siempre y cuando los afectados así lo acepten; ten presente respetar los tiempos de cada persona.
No obstante, recordemos que hay duelos complicados, y en estos casos es importante buscar apoyo de un profesional de la salud. ¿Ante cuáles signos de alertas debemos considerarlo? Si después de algunos meses continúa presentando…
- La reacción de negar la pérdida
- Síntomas muy intensos y percibirse como estancados
- Recurrir a conductas desadaptativas para hacer frente a la pérdida, como abusar de sustancias, `por ejemplo
O simplemente porque perciba que necesita un espacio diferente para conversar y procesar lo ocurrido. Un espacio terapéutico es valioso en estos casos.
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