La realidad de la multicarencialidad, sin duda, es fácil de identificar al estar en un contexto con retos significativos y la consecuente búsqueda incansable de oportunidades de cambio, mejoramiento y logros, tanto individuales y colectivos.
El término multicarencialidad y, más específicamente, el de familias multicarenciadas, es una propuesta teórica que hace referencia a la presencia de necesidades de diversos órdenes, con ausencia de satisfactores que favorezcan no sólo la subsistencia económica sino también la subsistencia emocional. Son grupos familiares estresados, con dificultades para atender necesidades primarias; precarios mecanismos resolutivos de sus problemas, impulsividad y alta vulnerabilidad social.
Según la encuesta ENCOVI, hay sectores de nuestro país en donde lo indicado tiene manifestaciones contundentes: las barriadas caraqueñas. De estas, Petare aparece liderando uno de los sectores más empobrecidos.
Petare, una de las barriadas más grandes de Latinoamérica, es frecuente objeto de estudios socioeconómicos y de calidad de vida. También es el epicentro de acciones solidarias que buscan llevar mejoras a quienes, hoy por hoy, habitan en el sector. Bajo esta mirada, nace en el año 2019 una iniciativa potente, orientada a la atención integral de niños, niñas y adolescentes residentes en el sector.
Esta acción es desarrollada, con enfoque multidisciplinario, por el Instituto Venezolano para el Desarrollo Integral del Niño (INVEDIN) en alianza con la reconocida asociación civil Fe y Alegría y otras organizaciones socialmente comprometidas, han permitido a un equipo multi e interdisciplinario realizar intervenciones de orden psicosocial en la Unidad Educativa Jesús Maestro, Institución con más de 53 años de trayectoria dentro de la comunidad José Félix Ribas, con atención educativa sostenida a más de 700 niños y niñas y el firme propósito de desarrollar la premisa de que la educación es un proceso de familia.
Nuestro equipo de profesionales asumió esta consigna y con dedicación, durante dos años de trabajo dentro de la comunidad, ha atendido a más de 300 familias, encontrando situaciones adversas, pero también el enorme deseo de salir adelante.
A quienes hemos atendido no escatiman en exponer sus situaciones familiares, sus demandas, su preocupación por el futuro de sus hijos; quieren ser mejores padres, mejores vecinos, mejores hijos, mejores abuelos, mejores tíos; quieren construir familias de vínculos fuertes. Su actitud refleja deseos de ser mejores, de creer que una vida diferente es posible; nos habla, del deseo de no repetir patrones, de la voluntad de darse cuenta que hay aspectos mejorables que sólo son posibles si hay convicción al decir “SE PUEDE”.
Como una de las estrategias que procuran atender estas demandas y ganas de crecer, nuestro equipo desarrolló un programa de crianza positiva en alianza con los padres atendidos. Una propuesta de alta receptividad cuyo principal objetivo se traduce en fortalecer los vínculos cooperativos dentro de las familias con el fin de desarrollar habilidades y destrezas en éstos, para el manejo de la disciplina en el ambiente familiar, tomando en cuenta sus propias expectativas.
Hasta ahora los hallazgos son incipientes, pero no por eso menos desafiantes. Hemos encontrado alcoholismo, incursión en bandas delictivas, choques intergeneracionales, disputas por el control familiar…. Tal situación nos ha llevado a plantearnos las siguientes acciones específicas desde el programa de disciplina positiva:
● Favorecer procesos de comunicación en acuerdos entre las figuras parentales con el objetivo de promover las consistencias, contingencias y mejorar las indicaciones verbales en el seguimiento de instrucciones.
● Adiestrar a las figuras parentales en técnicas de modificación de conducta con base en el reforzamiento positivo, aplicable en el estilo disciplinario.
● Problematizar los estilos interactivos agresivos en la crianza.
● Explicar a los padres estrategias de afrontamiento en cuanto a las actividades académicas.
● Promover estrategias de afrontamiento emocional y operacional para hacer frente a estímulos considerados como desbordantes del entorno.
● Generar estrategias de resolución de problemas en los representantes, padres o responsables.
● Estimular los planes de acción en el hogar con el fin de preservar la integridad cuando existan enfrentamientos armados.
● Favorecer espacios de encuentro familiar basado en la recreación y descarga emocional.
Esto es parte de nuestra ruta. Seguro aparecerán otros senderos que nos llevarán a incorporar más pasos pero la convicción presente en lo que hacemos está guiada por la certeza de que estamos en presencia de una oportunidad de cambio y, sobre esa premisa, nuestro trabajo avanza con fuerza y con entrega.
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